Sin boina y a lo loco

Carta enviada a Expansion y Empleo, comentando la columna de 28.07.2007 firmada por Pilar Trucios y titulada "Con la Boina Puesta". Ahora, pienso que merece la pena compartirla con todos vosotros desde este nuevo canal.

"Hace algunas semanas en una playa de Lanzarote me crucé con tu columna EL OJO CRITICO que llevaba por título con la boina puesta. La leí, agitada por los alisios y el rumor de las olas, y con mi mente en modo de reset. Al final del día, el resto del suplemento salmón E&E fue a la papelera, pero arranqué la página en cuestión, para prestarle, en su momento debido, la atención pertinente. Mi mujer me preguntó sobre el contenido te tan inusitado recuerdo playero… y creo que le respondí algo así como…”trata de gente como nosotros, de nómadas que cambian de país, y que en vez de cambiar de coche cada tres años viajan por el mundo, impregnándose de mundos y culturas…o sea de gente sin boina…” Las últimas palabras se las llevaron los alisios más allá de las rompientes.

Ahora, ya reincorporado –y con los síntomas de síndrome postvacacional bajo control-, he vuelto a leer tu columna… y me ha inspirado algunas reflexiones que me gustaría compartir contigo. Presumo, y espero, que no te inoportunará, ya que en definitiva, cuando escribimos –y más si publicamos- algo es para que otros lo lean.

He tenido la inmensa suerte –el privilegio- de conocer mucha gente como la que mencionas en los dos primeros párrafos: Más de una década trabajando y viviendo en países de 4 continentes –Desde Singapur a Paraguay, pasando por los USA, Bolivia o Portugal- dan mucho juego para eso, conocer otras personas y participar de otras culturas. Supongo que cuando inicie mi periplo internacional camino de Singapur en el año 90 ya no llevaba boina…y si la llevaba, debí perderla en el primer trasbordo en Heathrow.

Más adelante te preguntas “si con profesionales así, los españoles podremos competir”. Opino que no, y menos en igualdad de condiciones. Cuando nos parapetamos tras barreras de entrada –administrativas, culturales, mentales- y atrincherados en prejuicios blindados de pensamiento único, uniformidad de criterio, tradición (“como en España no se vive en ningún sitio” “Estos yankys son como críos inmaduros” “los alemanes y nórdicos no saben improvisar un comunicar emociones” “vaya pintas, se nota que es ingles –o italiano, o “moro”, o del Este- por la ropa”…) podremos resistir los primeros asaltos, pero no creo que ganemos la guerra del empleo global. Una vez, un “sin boina” me hizo la observación de que “en España, en el país de los ciegos, al tuerto (en lugar de hacerlo rey), le sacan el ojo”. Todos iguales. Creo que en el día a día abundan los ejemplos.

Efectivamente la creatividad, la innovación, el espíritu emprendedor, la imaginación no son flores que germinen, arraiguen y florezcan en nuestro jardín
hispánico, como tampoco lo hacen la curiosidad, el compromiso social, la sana
discrepancia, el enriquecimiento desde la diversidad, ni otras muchas “skills”…
que sí que lo hacen en otros huertos, aparentemente peor abonados, orientados y
regados A lo mejor es por la boina.

Nos mofamos de sombreros de mariachi, turbantes de sij, gorros de cow-boy tejanos, cascos de vikingo, tocados de plumas comanches…sin darnos cuenta que nuestras tradicionales boinas – sean administrativas, culturales y mentales- oprimen y generan una falta de riego que en poco contribuye a nuestro porvenir. Soy padre de familia numerosa, y tampoco veo a nuestro sistema educativo esforzándose en quitar boinas. Como mucho, les recortamos los rabitos, para que parezcan más fashion y menos carcas…pero desde los primeros cursos la boina va haciendo surco en las frentes de nuestra próxima generación.

En fin…creo que ya me estoy extendiendo más de lo aconsejable; Felices vacaciones, soft landing a la vuelta, y enhorabuena por tu columna semanal."